miércoles, 20 de febrero de 2013

Por fin fue escrito el coronel


Sobre "La carta robada" (ensayo sobre la novela “El coronel no tiene quien le escriba” de García Márquez) de Milagros Ezquerro.

Una vez que Ezquerro ha analizado el texto apuntando en esto una posible interpretación como columna vertebral del relato: una lucha entre esperanza y frustración y los posibles finales pesimistas que de esta lucha tengan lugar al nunca llegar la carta, la respuesta, la escritura. Otra interpretación que me parece sumamente interesante es la que nos ofrece Ezquerro en la página 106 y 107:

Para entender la polisemia del título (-El coronel no tiene quien le escriba-),
cabe sacarla de su contexto inmediato, ya que su función de título le confiere un estatuto más amplio; entonces aparece otra significación más general:
el coronel espera que alguien le escriba, o sea que es un personaje en busca de autor. El coronel aparece como la cristalización de todos los seres eternamente frustrados, cuyo destino es esperar que algo ocurra para darles existencia, que alguien, en alguna parte, escriba  su nombre en un papel y les dé una historia.

En esta interpretación tal vez tiene lugar un mayor optimismo del mensaje de la obra, sin necesariamente caer en el optimismo ideológico que se le ha achacado a la misma, es decir, sin necesariamente abanderar un optimismo resultado del cambio de valores e ideales políticos inscritos en el idiotopo alfa (García Márquez) en la narración a través del posible triunfo del gallo (metáfora del triunfo de los ideales liberales o de los ideales del Coronel), otra forma de optimismo se instaura en el registro mismo y en la actualización de dicho registro a través de la lectura.

Siguiendo la interpretación de Ezquerro mencionada, el coronel al ser por fin escrito (en este caso por García Márquez) rompe el circulo de lucha entre esperanza y frustración que de no haber sido así se inscribe en la muerte, es decir, en la no existencia, el no registro, la no lectura.

Alegoría de la vida misma El coronel no tiene quien le escriba pone de manifiesto una actitud pragmática ante la vida en el personaje de la esposa del coronel, quien observa en la escasez de recursos materiales la muerte de las esperanzas y por otro lado la actitud contemplativa ante la vida por parte del coronel quien corta el hilo de frustración con la pelea del gallo:

La esperanza nueva de la victoria del gallo ya no puede ser frustrada,
pues aunque el gallo sea vencido, será una derrota y no una rendición.

Una expresión acompaña al personaje como un leitmotiv, que resume perfectamente el personaje: “en una actitud de confiada e inocente expectativa”.
Esta paciencia angelical del coronel hace de él un personaje tan
consustanciado con el tiempo que da la impresión de ser dueño de
la marcha ineluctable de éste. Dice el abogado:
–Será cuestión de siglos.
–No importa. El que espera lo mucho espera lo poco. (p. 41)

Esta inquebrantable esperanza encuentra su recompensa en la escritura de El coronel no tiene quien le escriba, por fin es escrito el coronel y aunque su espera se postergara por siglos en el relato, es el relato mismo y la lectura que de él hacemos como una lucha contra la acción destructora del tiempo la esperada llegada de la carta robada.

martes, 12 de febrero de 2013

Sobre Carlos Monsiváis




Análisis Literario

Afirmación:

La denuncia de un ser humano enajenado en la cotidianeidad y la pronunciación por la utilización de su capacidad para pensar y elegir en la obra de Carlos Monsiváis.

La denuncia de la amnesia histórica y la sacralización de los héroes y los ídolos en nuestra cultura en la obra de Carlos Monsiváis

Idiotopo Alfa: (Carlos Monsiváis)

Nació en el seno de una familia de clase media en la Ciudad de México en 1938. Estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y estudiante de teología en el Seminario Teológico Presbiteriano de México. De una amplia cultura universal, publicó a lo largo de su vida en diversos periódicos artículos sobre la vida política, social y cultural de México.

Con una perspectiva crítica de los sucesos históricos de nuestra cultura le dio a lo largo de su vida marcado interés a los derechos de las minorías sociales, la educación y la lectura. Practicó diversos géneros literarios (el cuento, la fábula, el aforismo...), pero sobre todo se le consideró cronista y ensayista. De hecho, la parte fundamental de su obra logró una perfecta conjugación de ambos géneros, al grado en que algunos denominan sus textos crónicas-ensayo o croni-ensayos.

Puede decirse que fue el padre de la crónica moderna en México. Sus innovaciones técnicas y la diversidad de registros que pueden observarse en sus textos cambiaron la faz del género de la crónica de manera tal que ningún cronista mexicano posterior a él está exento de su influencia. No sólo eso: la potencia creativa que Monsiváis le otorgó a la crónica permitió que se le considerara no sólo un subgénero o género menor. La obra de Monsiváis no puede desligarse del hecho de que la crónica haya sido revalorada en el ámbito literario en México.

Si un elemento recorre toda la obra de Monsiváis es el humor ácido unido a la inteligencia crítica. Por ello, la ironía es una de las aristas fundamentales para entender sus textos. La ironía como crítica mordaz frente a la realidad intolerable, pero también como regocijo ante el agravio o daño recibidos. Esto es claramente visible en otro de los géneros a los que acudía con frecuencia Monsiváis: la sátira política.

Semiotopo del texto: (Amor perdido)

Monsiváis con esta obra hace un recorrido por la historia mexicana a partir del porfiriato a los años setenta valiéndose de sus figuras culturales (músicos, cantantes, pintores, escritores, políticos, actrices, escritores, activistas políticos, etc.) revelándonos a través de la crónica y el ensayo su visión aguda de los procesos culturales que tienen lugar en esas décadas. La utilización de figuras populares es un mero pretexto para develarnos las herencias ocultas a través de nuestra historia y la trasformación en nuestra manera de de ser, de entender y de expresarnos culturalmente.

Idiotopo Omega:

Estudiantes de literatura, sociología, psicología social, periodismo y todo investigador que tenga interés por un lado en el ensayo y la crónica en México y por otro en la cultura e historia mexicana y latinoamericana en general, en sus procesos de cambio y en su interpretación. Y en general cualquier estudiante universitario o ciudadano interesado en profundizar en las expresiones culturales en nuestro País.



jueves, 7 de febrero de 2013

De la Traducción


La traducción me parece que es uno de los mejores ejemplos que nos ilustran sobre la múltiple participación de sujetos como coautores de una obra. El idioma como sistemas de signos lingüísticos se acompaña del idiotopo de los hablantes, que a la vez cambia a través del tiempo. Lograr trasladar un texto de un idioma a otro cargando en dicho traslado, el idiotopo y semiotopo del autor y por tanto del texto es una empresa imposible, si se la piensa como mera transcripción de signos lingüísticos y sus significados primarios. El traductor lleva a cabo una tarea de interpretación en la que en el mejor de los casos logra en parte acercarse al sentido de la obra original. Pero tal vez, es en estas aproximaciones de lectura de las obras traducidas, en donde se crea un nuevo espacio de significación que podría tornarse fecundo.

En una ocasión le preguntaron al autor portugués António Lobo Antunes sobre algunos pasajes de su obra traducida al español, a lo que él contesto: "no sabía que yo escribiera tan bien". 

En este agregado que realiza la traducción a la obra original se re significa el semiotopo de la obra y al mismo tiempo es posible perder ciertos matices, pero en este perder y ganar se genera una movilidad del texto que le es benéfica.